Navegando en la niebla
Denis Korablev
  • 13.09.2021
  • 184

Navegando en la niebla

El destino no solo del yate, sino de la tripulación en su conjunto, depende de las acciones del navegante al timón del barco, sino también de la vida del yate alquilado pasajeros. En condiciones de alcance visual reducido, la navegación en el mar se vuelve mucho más difícil.

La niebla se forma como resultado de la acumulación natural de humedad en el aire, en el proceso de evaporación natural del agua, seguida de condensación a bajas temperaturas. Por lo general, la niebla se encuentra en las capas más bajas de la atmósfera, directamente en la superficie de la tierra o en una masa de agua. En consecuencia, la niebla en el mar se forma en el proceso de enfriar las corrientes de aire húmedo y húmedo con agua fría. Tal fenómeno atmosférico puede cubrir vastas áreas del área de agua y tiene la capacidad de persistir incluso con vientos fuertes. Los estándares internacionales, fenómenos atmosféricos en los que la visibilidad es inferior a una milla náutica, se consideran niebla si la visibilidad es limitada, pero más de una milla es neblina. Las nieblas marinas y de radiación existentes se han convertido en variedades comunes.

Si se forma niebla marina directamente sobre la superficie del agua, entonces se forma niebla de radiación sobre la tierra. La superficie de la tierra se enfría por la noche, a diferencia del agua, más rápido. En condiciones de total calma o viento ligero, el aire cálido y húmedo sobre la superficie terrestre se enfría hasta el punto de rocío, formando una niebla de radiación espesa y húmeda. Dado que la superficie del mar se encuentra por debajo del nivel del suelo, la niebla de radiación se desliza gradualmente hacia el mar.

El acuerdo internacional universal sobre las reglas de navegación en condiciones de visibilidad limitada (COLREGs), debido a la niebla o neblina, contiene las condiciones básicas de navegación en tales situaciones:

  • cuando la visibilidad es limitada, cada embarcación debe navegar a una velocidad segura aplicable a la situación y las condiciones. Si hay motores mecánicos disponibles, deben estar listos para una maniobra inmediata;
  • el cumplimiento de la primera regla obliga a cada embarcación a ajustar su movimiento a las condiciones imperantes en el momento de la navegación;
  • si el radar detecta la presencia de otra embarcación, es necesario evaluar el grado de aproximación y establecer la probabilidad de colisión. Si tal situación es real, es necesario cambiar el rumbo de la divergencia. Al mismo tiempo, si las circunstancias lo permiten, la embarcación que se encuentra frente a la travesía debe evitarse por la derecha;
  • En caso de que no haya peligro de colisión, pero se escuche una señal de niebla de otra embarcación a lo largo del haz, es necesario tomar precauciones. En este caso, debe reducir la carrera al mínimo y moverse con extrema precaución hasta eliminar por completo la posibilidad de una colisión.

Los especialistas 2yachts señalan que navegar en una situación de visibilidad limitada requiere una mayor precaución y un trabajo bien coordinado del toda la tripulación.